viernes, 30 de enero de 2015

"Llamados a predicar"


"Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente" " (Jos. 1: 16-18).

"Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. "(Juan 15: 14.)

"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Mat. 28: 18-20.

"Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea" (Luc. 4: 43, 44).

"Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. . . y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder." (1 Cor. 2: 2, 4).

"Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acerado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia." Mat. 10: 7-8.

La educación formal de Ellen G. White terminó cuando ella tenía solamente nueve años de edad, de manera que nunca tuvo el privilegio de estudiar bajo tutela de profesionales del arte de hablar o de voz de sus días. No obstante instruida por el Señor, llego a ser una de las más destacadas predicadoras norteamericanas. Durante más de 70 años, y muchos antes que existieran los micrófonos y los sistemas de amplificación, ella hablaba ante grandes concurrencias de hasta 20,000 personas.
"Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra"(Hech. 1:8).
Cientos, sí, miles que han oído el mensaje de salvación, están todavía ociosos en la plaza, cuando podrían estar empleados en algún ramo de servicio activo. A los tales Cristo les dice: "¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?" y añade: "Id también vosotros a la viña" (Mat. 20: 6, 7). ¿Por qué muchos más no responden al llamado? ¿Es porque se consideran excusados por el hecho de no predicar desde el púlpito? Ojalá entiendan que hay una obra que debe hacerse fuera del púlpito, por miles de consagrados miembros laicos.
Largo tiempo ha esperado Dios que el espíritu de servicio se posesione de la iglesia entera, de suerte que cada miembro trabaje por él según su capacidad.

"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven" (Apoc. 22: 17). A toda la iglesia incumbe el deber de dar esta invitación. Todo el que la ha oído ha de hacer repercutir este mensaje por valles y montes: "Ven

Al reunir a esos discípulos, Cristo les dio su comisión: ..."Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia". "He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas" "(Mat. 10: 7, 8, 16).

Raquel Aveiga
Galápagos-Ecuador

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